El pasado fin de semana nos visito un grupo de personas muy interesadas en la historia, en las costumbres de nuestra Heredad, dentro de las XIV Jornadas de Cultura del Agua organizadas por la Asociación Cultural el Bloque y la Casa Museo León y Castillo.
Nos obsequiaron con este fabuloso artículo de D. Jesús Ruiz Mesa
UNA HEREDAD CON MUCHA
AGUA E HISTORIA LA CENTENARIA HEREDAD DE AGUAS DE ARUCAS Y FIRGAS
por Jesús Ruiz Mesa
Las XIV Jornadas del Cultura del Agua,
Paisajes a través del agua, que dirige y coordina Juan Ismael Santana Ramírez,
técnico de museos, que se vienen celebrando en la Casa Museo León y Castillo de
Telde desde el miércoles 23, finalizaron el sábado 26 con la visita a la sede
de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas y a la Presa y Represa del Pinto en
el Municipio de Arucas.
Llegados a la ciudad de Arucas el
grupo visitante después de cruzar la arteria y atractivo casco urbano, fue
recibido por el vicepresidente de la entidad, don Vicente Benítez ante la bella
fachada del edificio de la Heredad, magnífica obra de excelente decoración, que
nos documentará sobre la evolución histórica y patrimonial como Heredad de
Aguas de este territorio de la isla de Gran Canaria.
La Heredad de Aguas de Arucas y
Firgas se crea a raíz de una serie de Reales Cédulas expedidas a finales del
siglo XV y XVI, reconociendo el reparto de tierras y aguas, como sucedió con otras
centenarias entidades de la misma analogía en la isla de Gran Canaria. El
objetivo primigenio fue abastecer de agua de regadío a los primeros ingenios de
azúcar que se establecieron. En sus inicios la Heredad se constituyó como un
consejo de autoridades y agricultores con derecho a riego que gestionó las
aguas superficiales que bajaban desde la cumbre por el barranco de la Virgen y
terminaban en Las Madres, bajando en dirección a las tierras fértiles de la
costa de Firgas y Arucas (Costa de Lairaga) hasta San Andrés.
La Heredad de Aguas de Arucas y
Firgas, no solo estaba integrada por un reducido grupo de poderosos
terratenientes, sino que en el transcurso de los años se aglutinaron en torno a
ella humildes agricultores lugareños, propietarios de infinitos predios. La
actividad desarrollada por este organismo constituye una pieza clave en la
historia de la ciudad. La ingente construcción de acequias de piedra, que llega
alcanzar os 33 km, pero también de tornas, cantoneras, acueductos, albercones,
estanques, pozos o presas que jalonan el paisaje, posibilitó el auge económico
de la Villa de Arucas. Además, colaboró en numerosos proyectos de interés
social como la construcción de las Casas Consistoriales de Las Palmas de Gran
Canaria (1848), Teatro Pérez Galdós (1867), Puente de Arucas y Tenoya
(1860/1872), Mercado de Arucas (1882), Presas del Pinto, iglesia de Arucas,
etc.
El edificio de la Heredad es uno de
los bienes arquitectónicos de más relevancia de la ciudad de Arucas es la sede
actual de la Heredad de Aguas, que se empezó en el año 1902 y se terminó en 10
de marzo de 1912. La construcción de esta magnífica obra de dos plantas es
perceptible desde el exterior por su cúpula gallonada y excelente decoración
pétrea, diseñada por el arquitecto Fernando Navarro. Abarca una superficie de
599 m2 y costó 52.000 pts.
La construcción requirió unos 70 trabajadores
de forma permanente, desde tallistas a peones, carpinteros y labrantes. El
capataz cobraba 24 pesetas por seis días de trabajo a la semana, 21 el labrante
y 14 un peón. Se constituye en el espacio por donde se ubicaba la antigua vía
de tránsito a Gáldar y Guía de Gran Canaria. El acceso al edificio está en el
eje y, tras el zaguán, se dispone un patio rectangular de desarrollo
transversal, que se cubre con una espléndida montera o cubierta vidriada. Se
estructura en tres crujías para lelas a la calle: la primera es la de zaguán,
biblioteca y oficinas; la segunda, el patio y una escalinata, mientras que la
tercera se reserva, en su totalidad, al salón de juntas, La escalera a la
planta alta se coloca al fondo de la galería transversal y llega al lateral del
corredor.
El edificio fue y sigue destinado
para el reparto de las aguas mediante cantonera y reloj colocado en la parte
superior del edificio que servía para avisar a los regantes del turno de riego
o dula. El reloj fue traído de Alemania y costó 450 marcos. Además, cuenta con sala
de juntas, secretaría y archivo. En la actualidad el edificio se utiliza para
diversas actividades cultuales y sociales.
Con la excelente disposición del
Señor Vicente Benítez, desde la recepción en el zaguán fuimos informados con
todo lujo de detalles, anécdotas, historia en el relato del acontecer social y
económico como pieza clave que supuso la creación de la Heredad en la evolución
de la ciudad. Se visitó la sala de subastas, salón de la junta directiva donde
se pudo visionar mediante un documental en video la dinámica del agua en la
diversidad de la red de acequias, cantoneras, pozos, galerías, presas, algunas
de verdadera factura artística en el manejo o labrantío de la piedra y morteros
empleados para la época. A tal efecto se visita la sala de las cantoneras donde
se exponen diferentes modelos, destacando las cantoneras circulares.
En la segunda planta el salón del
presidente, junta directiva, biblioteca, secretaría, archivos, libros de
registro y documentos. En la cúpula o ático, el espacio dedicado al mecanismo
del reloj, una singular pieza de péndulo de ingeniería alemana que antaño
señalaba las horas a los agricultores.
Con el ascenso a la cúpula gallonada
de estilo francés bello diseño que bien destaca en la visión panorámica del
cuadro, fotografía de gran formato que cuelga en la en la sala de subastas,
quedando en una alineación perfecta, las Destilerías Arehucas, industria fundada
en 1884, con su emblemática chimenea, La Heredad de Aguas de Arucas y Firgas,
1912, y la iglesia matriz de San Juan Bautista de estilo neogótico de 1909. Panorama
que se admira desde el mismo borde del muro de la Presa del Pinto que se visita
posteriormente.
Durante el tiempo de visita a la
Heredad al asomarnos a las terrazas sobre el Parque de las Flores, una fina
lluvia que caía en esa mañana ponía el acento no sólo gratificante del tiempo
de recogida de aguas temporales que alimentaban los caudales y niveles
freáticos, por lo que esta evolución histórica del aprovechamiento del preciado
líquido estaba justificada gracias al esfuerzo de aquellos ciudadanos por
embalsar y hacer circular el agua hasta los campos, sino por el encanto y
belleza estética del escenario urbano en torno a esta histórica Heredad,
parques, jardines y como mirador sobre el fértil valle que se extiende hasta la
costa, con el icono geográfico vigilante de la Montaña de Arucas.
Atravesando la Calle de La Heredad,
dejando a la derecha las Destilerías Arehucas, por la calle Alfredo Martín
Reyes, Carretera Nueva hasta las señales de los barrios de La Umbría y La Fula,
un indicativo nos informa la presencia de la Presa de La Heredad, y un desvío
por una pequeña subida de la calle Montaña Clara, se llega a un espacio terraza
de descanso desde donde se divisan perfectamente las dos presas de El Pinto,
Patrimonio etnográfico: la Represa del Pinto, también llamada Presa del Pinto y
Nueva Represa del Pinto como superposición de embalses sobre el mismo
cauce localizado en el municipio de
Arucas en la isla de Gran Canaria lo largo del barranco del que toma su nombre.
En este primer tramo del recorrido en
torno a las presas recibimos las primeras informaciones del coordinador y
director de las Jornadas, Juan Ismael Santana Ramírez y la excepcional historia
de esta presa relatada por uno de los mejores expertos en presas de Canarias,
con varias ediciones especializadas como resultado de su estudio e
investigación referentes a la historia de nuestras presas, el geógrafo Jaime
González Gonzálvez, que nos fueron informando y guiando en el recorrido por el
borde y cuenca del lateral derecho del barranco teniendo a la vista las dos
presas, las características de sus paramentos, obra de esta primera presa del
Pinto I terminada en 1910 y convirtiéndola en una de las grandes presas más
antiguas de Canarias, y la Presa del Pinto II terminada en 1933.
Finalizadas ambas visitas y
recorridos se retomó el camino de regreso a Telde con la satisfacción de habernos
dado la oportunidad de acercarnos sobre el propio territorio, y tomar buena
nota del acontecer histórico de uno de los procesos humanos derivados de la
necesidad de abastecer de caudales de agua tanto a las primeras industrias
centradas en los ingenios azucareros en los siglos XV y XVI como posteriormente
a los diferentes cultivos de regadío que se fueron estableciendo a medida que
las formas de vida, economías, comercio y ámbito agrícolas fueron
evolucionando.
Enhorabuena a la organización de las
XIV Jornadas de Cultura del Agua, desde la Casa Museo León y Castillo de Telde,
institución museística que dirige José Alejandro Díaz Hernández, dependiente de
la consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, y a la colaboración
personal en la sede de la Heredad de Aguas de Arucas y Firgas y en el lugar de
las presas. Gracias.
De caña de azúcar y ron, / a la sombra de la Heredad / de Arucas estos
sones y ecos son / a golpes de labrantías / y murmullo del agua en el corazón,
/ a la hora y toque / bajo la labrada, sagrada piedra de San Juan, / en
silencio una oración. / Es el agua de la acequia / que ligera va cantando, /
alma de la isla presiento / hasta la madre cantonera / buscando el surco
sediento. / Cauteloso mi pie tus escalones acaricia, / tus caminos se me hacen
grandes, / en tu cielo, el azul es más azul, / un verde de palmeral y huerta
regada, / se desliza con gracia por tus laderas, / en el crisol del cráter
apagado el picón yace, / un envejecido ocre, un rojizo
abandonado, / y bajo las tejas la casa de los antepasados, / que, sobre
sus huesos de blanca cal y negra tea, /
a abandonar este terrenal
paisaje se resiste. (versos de los poemas El valle me abrió sus brazos
y Caña, agua, piedra y oración, del autor del reportaje).
Jesús Ruiz Mesa. Colaborador cultural
Telde. www.teldeactualidad.com. Círculo Cultural de
Telde. Casa Museo León y Castillo. RSEAPGC. Telde, Gran Canaria, sábado 26 de
octubre 2024.